domingo, 10 de febrero de 2008

POR LA RUTA DE LOS CHASQUIS




Texto de Mariana Lafont.

Lejos de igualar la velocidad de los antiguos chasquis, miles de viajeros de todo el mundo recorren año a año los magníficos caminos incas que comunicaban a todo el imperio. Desde Cusco, la aventura de un trekking de cuatro días por la ruta precolombina hasta la mítica ciudadela de Machu Picchu.

Para los amantes del trekking, toda huella, sendero o picada es una invitación a la aventura y, cuanto menos transitada esté, mejor. Sin embargo existe un camino que, a pesar de ser muy visitado, se ha transformado en un clásico de los caminantes: el Camino Inca. La antigua vía imperial conduce, luego de cuatro intensos –por momentos agotadores–- días de marcha, hasta la ciudadela perdida de los incas: Machu Picchu. Esta suerte de autopista precolombina estaba formada por cuatro caminos principales que iban hacia cada punto cardinal, e integraba el vasto imperio. La ruta más importante era el llamado Cápac Ñan, o Gran Camino, que abarca algo más de 5200 kilómetros de extensión de la Cordillera de los Andes, que comenzaba en Quito, pasaba por Cusco, La Paz, Tucumán, La Rioja, Mendoza, Santiago de Chile y finalizaba en Concepción.

Todos los caminos conducen a...
Cusco. En quechua significa “el ombligo del mundo” ya que, según la mitología inca, allí convergían los tres mundos que formaban el universo de esta antigua civilización. Esta bellísima ciudad –capital del antiguo imperio– es la metrópoli precolombina más importante de Sudamérica y heredera de una tradición cultural milenaria que conjuga el pasado incaico con el español, luego de la Conquista en el siglo XVI.
Al ser tan amplio, las comunicaciones entre una punta y otra del imperio estaban a cargo de los chasquis, funcionarios del Imperio. La denominación proviene de la voz quechua “chaskiq” que significa “el que recibe” haciendo referencia a la noticia que se debía comunicar. Estos jóvenes y entrenados mensajeros transmitían los encargos velozmente a través de una serie de postas. Según las antiguas crónicas, estos ágiles y resistentes emisarios podían llevar al Inca –que residía en la capital– pescado fresco desde la costa, haciendo más de 600 km y trepando grandes alturas. Los chasquis habitaban chozas situadas a lo largo de las rutas, siempre atentos a la llegada de algún emisario. Apenas uno de ellos advertía un correo iba a su encuentro y corría a la par mientras recibía el mensaje en forma oral. Luego continuaba la carrera hasta la siguiente posta donde a su vez transmitía el mensaje de la misma manera.

El camino paso a paso
El camino que conduce a Machu Picchu está muy bien conservado y recorrerlo es remontarse a un pasado milenario mientras se contemplan deslumbrantes escenarios en la zona de transición entre el altiplano andino, los bosques nubosos y el comienzo de la selva amazónica. En poco más de 40 kilómetros se observan misteriosos paisajes, vestigios arqueológicos –antiguas fortificaciones, almacenes y centros administrativos– y una riquísima flora con gran variedad de orquídeas, begonias y árboles exóticos. La estratégica ubicación de cada una de las ruinas que se ven a lo largo de la travesía es una clara muestra de lo cuidadosos y meticulosos que eran los incas a la hora de construir.
Si bien este trekking se ha hecho muy popular entre los jóvenes, a lo largo del camino es emocionante ver –y admirar– gente de todas las edades. Con otro ritmo y una gran sonrisa en la cara, han decidido emprender el desafío porque, cueste lo que cueste, “la Petra de los Andes” al final del camino bien vale la pena y el esfuerzo.
El trekking de cuatro días parte del kilómetro 82 –algunos comienzan en el 88– de la vía férrea que une Cusco con Quillabamba, a una altura de 2600 msnm. Mientras cada turista pone sus pertenencias en la mochila, los jóvenes porteadores cargan cacerolas, víveres, carpas y demás objetos necesarios para acampar. Y cuando el viajero recién da los primeros tímidos pasos, estos “chasquis contemporáneos” ya han sacado una gran ventaja cargando mucho más peso y sin usar sofisticadas mochilas ni botas especializadas. Paso a paso la pregunta es la misma: ¿por qué corren y cómo hacen para no resbalarse usando unas sencillas sandalias con suela prácticamente lisa? Corren porque el primer porteador que llegue al lugar habilitado para acampar podrá escoger el mejor lugar para su grupo y además, podrá tener lista la comida para los agotados caminantes que llegarán después.

El primer día es poco exigente. El camino es sencillo y ondulado y además se tiene una hermosa vista del nevado la Verónica (5850 msnm). El sitio arqueológico más llamativo de la jornada es Llaqtapata, las ruinas de lo que en algún momento fue un pueblo en la ladera de una colina y donde se observan las características terrazas de cultivo inca, también llamadas andenes. Después de la cena, el guía explica al grupo cómo será el segundo y más exigente día de trekking y ofrece a quienes lo consideren necesario “alquilar un porteador”, o sea, pagar unos soles extras para que le carguen la mochila. Y advierte que conviene hacerlo esa misma noche porque al día siguiente, el servicio se irá encareciendo a medida que pasen las horas y la altura aumente tanto como el cansancio.

Luego de un suculento desayuno comienza el temido segundo día y ciertamente lo es ya que son aproximadamente cinco agotadoras horas de permanente subida hasta llegar a Warmiwañusca (el Paso de la Mujer Muerta, a 4200 msnm). Allí el paisaje se torna árido, poco amigable y con un clima impredecible. Una vez alcanzados los 4200 metros, la vista es imponente y hasta un poco intimidante de tanta grandeza. El frío no permite quedarse a descansar eternamente y es necesario seguir caminando, pero esta vez en una abrupta, empinada e interminable bajada por enormes escalones que llegan a ser un verdadero desafío para las rodillas.

El tercer día es muy interesante porque se visitan sitios arqueológicos de diversa índole, de los que se destaca Phuyupatamarka o “Pueblo sobre las nubes” porque tal es la sensación al estar a 3600 msnm y ver los cúmulos por debajo de uno. Esa noche –la última antes de llegar a Machu Picchu–- se duerme en un refugio, en realidad el único donde hay duchas y venta de comestibles. Como al refugio se llega temprano, hay tiempo en la tarde para visitar Wiñaywayna. Este sitio arqueológico –que en quechua significa “Siempre Joven”– es, luego de Machu Picchu, el más bonito de todo el trayecto, por su perfecta ubicación, su estética arquitectura y por su hermoso entorno natural, con cascada incluida. Sin dudas, este sitio es una excelente y mínima muestra de lo que está por venir.

El gran día
La noche previa al gran día cuesta conciliar el sueño. A pesar del cansancio, la excitación puede más y se siente en el aire. Ya falta muy poco.
Se amanece bien temprano y cerca de las 5.30 am se emprende la marcha. Con cada paso dado, la ansiedad aumenta y todos parecen querer llegar primero. Luego de hora y media de caminata se arriba a la Puerta del Sol –-que no es exactamente una puerta– y allí se tiene una vista que quedará estampada en la retina para siempre. Finalmente “La ciudad perdida de los Incas” está frente a uno. Luego de una breve pero profunda contemplación hay que seguir un poco más para adentrarse en las ruinas. Una de las ventajas de hacer el camino inca es que, al llegar tan temprano, el sitio está desierto ya que el tren con los turistas que vienen de Cusco recién arriba las 11 am. Aunque poco a poco se irá poblando de gente –precio que se paga cuando se visitan grandes maravillas del mundo–, todos son respetuosos del lugar y hay un sentimiento compartido por poder estar allí. De todos modos, si se tiene la posibilidad, vale la pena pasar la noche en Aguas Calientes –el poblado más cercano– y regresar al sitio a la mañana siguiente bien temprano.
Machu Picchu fue un antiguo poblado inca construido a mediados del siglo XV, en un promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu y Wayna Picchu, palabras que respectivamente significan “montaña vieja” y “montaña joven”. El halo de misterio que ha envuelto a este lugar desde su descubrimiento se debe a que aún hoy no se ha podido dilucidar el origen ni el uso dado a esta bellísima obra arquitectónica de piedra. Algunos documentos sugieren que habría sido el palacio privado de Pachacutec, o Túpac Inca Yupanqui, el primer emperador, entre 1438-1470. Sin embargo, también se cree que fue usada como santuario religioso.
A pesar del cansancio acumulado y luego de recorrer las diferentes zonas de las ruinas, es sumamente recomendable hacer un esfuerzo adicional y subir al empinado Wayna Picchu (2700 msnm) porque desde allí se tiene una vista excepcional y poco convencional de Machu Picchu.
Si bien es cierto que Hiram Bingham no “descubrió” las ruinas en 1911 porque éstas nunca se “perdieron”, es innegable que sí tuvo el mérito de ser la primera persona en reconocer su importancia. Y quizás, todos los caminantes que las visitan día a día llegan a sentir ante la impactante ciudadela lo que este historiador de la Universidad de Yale sintióç cuando la vio por primera vez.



DATOS UTILES:

Trekking: Existen dos tipos de trekking: de 2 ó 4 días. Ambos deben hacerse con guía, no se puede hacer solo. Se pueden contratar tours completos en cualquiera de las agencias de viajes que ofrezcan este servicio.

Cuándo ir: Se puede ir todo el año pero de noviembre a marzo es época de lluvias y hay menor visibilidad dada la abundancia de nubes. Permanece cerrado durante el mes de febrero.

Cuánto cuesta: Hay muchas opciones, según la época del año y la agencia que se contrate. Conviene tener en cuenta que de acuerdo al tipo de servicios que brinden algunas cuestan más. En promedio, dependiendo de la temporada alta o baja, el trekking de 4 días puede costar desde U$S300 a U$S600. El precio incluye los traslados desde y hasta Cusco, los guías y porteadores, el ingreso a Machu Picchu y todas las comidas (En algunos casos las noches de hotel en Cusco y Aguas Calientes, el traslado en tren de Machu Picchu al Cusco y los boletos turísticos de la ciudad imperial). Como existe cupo de visitantes por día, es recomendable chequear la disponibilidad por Internet –todas las agencias de viajes tienen su sitio web y reservar con anticipación.

Recomendación: La aclimatación previa es esencial para no padecer mal de altura. Conviene pasar unos días en Cusco antes de emprender el camino y el té de coca es muy recomendable en caso de sentirse mal.


PREGUNTAS FRECUENTES ACERCA DEL CAMINO DEL INCA:

* ¿Se puede realizar el trekking sin contratar un tour?: No, no se puede. Si no parten con un tour contratado, no los dejarán ingresar. El camino de cuatro días en temporada baja arranca en 290 dólares, y puede llegar a costar 600 dólares en temporada alta. El precio incluye el traslado en tren hasta el lugar desde donde comienza la caminata, el servicio de guías y porteadores y la comida. Si quieren hacer el camino de dos días, tienen que pensar en pagar unos 230 dólares a más. (En algunas agencias o páginas web te venden el tour por menos dólares, pero por lo general esos servicios no incluyen el pasaje de vuelta desde Aguas Calientes, la estación de tren más cercana a Machu Picchu. Como los pasajes sólo se venden con tres a más días de anticipación, tendrán que comprar el boleto de tren más caro, el Vistadome, por 71 dólares. Como además seguramente tendrán que pasar una noche en Aguas Calientes, deben sumar a ese gasto extra, la comida -que en este poblado es bastante cara-; se darán cuenta que ahorrarán poco o nada -si es que ahorran algo-. Mejor comprar el tour completo, que puede incluir una o dos noches previas de alojamiento en el Cusco y una noche en Aguas Calientes, además del pasaje de vuelta de Machu Picchu a la ciudad imperial)

* ¿Hace un tiempo atrás no era mucho más económico hacer el Camino del Inca?: Sí, claro. Hasta antes del año 2000, costaba de 50 a 70 dólares. En ese momento, se podía ingresar solo, sin necesidad de guías ni porteadores. Desde el 2001, el Estado peruano impulsó una política de conservación del medio ambiente y del patrimonio histórico del lugar, junto a una bien pensada estrategia de posicionar al Cusco como un destino exclusivo. Por esa razón, en la actualidad sólo dejan entrar a 500 personas por día al magnífico camino, y han elevado fuertemente los precios mediante la industriosa exigencia de comprar el tour completo. De esa manera, además, crean mayores ingresos para la región y ocupan más personas. Claro que, a los que pretenden hacer el camino no les causa mucha gracia pagar los altos precios, pero así están dadas las cosas.

* ¿Cuánto cuesta el tren que va de Cusco a Aguas Calientes?: Hay dos versiones. El Vistadome sale desde Cusco, y cuesta 140 dólares ida y vuelta. El Backpacker tiene un costo de 90 dólares.

* ¿Desde Aguas Calientes se puede llegar caminando a Machu Picchu?: Sí, se puede, pero es una larga caminata que implica realizar un camino en subida. El transporte tiene un precio razonable: un viaje en micro de algo menos de media hora sale 12 dólares.

* ¿Hay ruinas arqueológicas que sean interesantes en el camino?: Si. Pero quizá lo más interesante sean los paisajes esplendentes y magníficos. A pocos minutos de caminata del parador del tercer día se encuentra Phuyupatamarka y Wiñay Wayna, una de las más hermosas construcciones incas.

* ¿Es muy difícil hacer el camino?: Requiere un inexorable esfuerzo físico. Si están fuera de estado y quieren hacerlo, les recomendaría comenzar a caminar. Pero en realidad, el gran reto es el hecho de que hay que andar mucho tiempo en subida, y durante algunas horas a una altura de más de tres mil metros.

* ¿Cuánto cuesta la entrada a Machu Picchu y al Camino Inca?: 42 dólares; los peruanos pagan la mitad. Para ingresar al Camino Inca la tarifa ronda los 84 dólares.

1 comentario:

RenatoCuadros dijo...

Buen blog, algunas veces sientes que nadie te visita por que hay demaciadas paq web en el mundo pero como dije en un principio, buen blog!